Ingredientes (4 personas)
6 láminas de pasta filo.
400 gramos de pasta o crema de avellana.
Unas semillas de sésamo.
Cómo se elabora:
Cortamos la pasta filo en tiras rectangulares. Rellenamos cada tira con una cucharada de pasta de avellanas. Enrollamos formando un canutillo y sellamos con un poco de huevo batido.
Freímos en una sartén con abundante aceite caliente o cocinamos horneando al horno a 200º C hasta que se dore ligeramente la superficie de cualquiera de las formas queda un pastel rico.
Embadurnamos los bordes del canutillo con unas semillas de sésamo.
Freímos en una sartén con abundante aceite caliente o cocinamos horneando al horno a 200º C hasta que se dore ligeramente la superficie de cualquiera de las formas queda un pastel rico.
Embadurnamos los bordes del canutillo con unas semillas de sésamo.
Comentario dietético
Este original postre presenta un modo diferente de consumir frutos secos, alimentos ricos en grasas saludables y proteínas vegetales. Los canutillos de pasta filo que envuelven la crema de almendra, son fuente de hidratos de carbono complejos fundamentalmente. Al ser sometidos a una fritura, el contenido graso de la receta se ve incrementado. La adición de semillas de sésamo los enriquece en otros nutrientes, aunque la cantidad que se utiliza es pequeña. Este postre nos ofrece una interesante composición nutricional.
Dijo Al-Hasan Al-Basri: “El amigo es aquel en el que nuestra alma confía, y está a seguro de él nuestro corazón”. Muhammad Ibn Uasi’ y sus compañeros iban a visitar a Al-Hasan Al-Basri y comían lo que encontraban, sin permiso alguno. Cuando Al-Hasan volvía y los veía se alegraba de ello, y decía: “¡Así éramos [los discípulos del Profeta (BP)]!”. Unas personas fueron a casa de Sufián Al-Zauri y no lo encontraron. Abrieron la puerta y se pusieron a comer de las vituallas que llevaban para el viaje. Cuando Al-Zauri regresó comenzó a decir: “Me habéis recordado el proceder de los ancestros [los compañeros del Profeta (BPCyD)] ¡Así era!”.
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